SOBRE MI
CAMINANDO
Por lo general, el responsable de la institución se presenta en tercera persona, con un extenso currículum de entrenamientos con japoneses, seminarios y competencias, concluyendo siempre con la sensación de que aún queda mucho por decir.
Considero que debería presentarme de una manera distinta, siendo esta fuera del formato habitual, resaltando aquello que pienso y me motiva.
Sin embargo, como introducción a estas palabras, debo mencionar, como mencioné en otras secciones, que usé el karategi por primera vez en 1979, tengo el grado de 7º Dan (Reg. Int. 7011) Instructor, Juez y Examinador Clase B (Reg. Int. B-36), viví en Japón durante largas temporadas y poseo el curriculum habitual de karate: un sinnúmero de seminarios y campeonatos ganados, etc
Mi profunda pasión por Japón fue sembrada y alimentada por mi abuelo, quien a su vez le fue inculcado por las cautivadoras historias que escuchó sobre los viajes de su abuelo a Japón. Poco sé de los viajes de mi tercer abuelo a Japón, los cuales quedaron registrados a través de tan solo dos fotografías que guardo religiosamente y algunos otros objetos más, que cuando los miro, construyo preguntas, sin embargo, la distancia en el tiempo es tan grande que es difícil contestarlas. Asímismo, cuando me encuentro en Japón, me es muy complejo imaginar como sería el siglo XIX, dado que la trasformación social es muy grande.
Y este punto que acabo de mencionar, la transformación de Japón, que tal vez debería cambiar la palabra por "evolución" nos distancía de una realidad pasada. Hace algún tiempo, en una conversación con unos jóvenes karatekas ingleses, descubrí que no sabían quién había sido Enoeda Sensei. No resistiendo a mi curiosidad por la cultura de esta nueva generación, los desafié con nuevas preguntas sobre otros maestros que fueron puntos de referencia para la introducción del Shotokan en el mundo y su solidificación. Muy a mi pesar, me di cuenta del basto desconocimiento que tienen, sin embargo, no critico el mismo, porque, de hecho, considero que la culpa es de nuestra generación, que no ha sabido preservar la identidad e historia del Shotokan.
Así que, mis dos puntos de partida son estos: la preservación de una cultura y una identidad histórica. Esta es mi preocupación, mi objetivo y mi base para que yo use mi karategi todos los días.